viernes, 16 de diciembre de 2011

EL PREGONERO

EL PREGONERO
FIEBRE AMARILLA
Será inspiración Liberal, pero tiene un punto a semáforo. A advertencia. No es verde, ni rojo. Porque no es un todo vale y mucho menos un prohibido. Es el amarillo. El color del sí, pero no. El que está siempre a medio camino. El que pide cuidado, y a veces precaución, cuando no un poco riesgo o un toque de emoción. Ese momento en el que el conductor no sabe si frenar o acelerar. Insuperable metáfora de la Aste Nagusia. Y si me apuran, del sentido de la vida. Me atrevo, no me atrevo. Una más, una menos. Me retiro, no me retiro. Y así, todos los días. Desde el txupinazo, hasta el entierro. Del cohete, a Marijaia. No es fácil ser pregonero. Da igual lo que dure el discurso. Su punto final, siempre es seguido. Por eso tiene que patearse el Botxo el elegido. Por si no han escuchado el mensaje de tan hermoso viaje. El de una semana ácrata, popular y divertida. Dicen que fue Natxo, voz y cara de Oskorri, quien retiró el final al punto y lo hizo seguido y eterno. Es lo que tienen los músicos y artistas. Que saben encontrar la nota perfecta, para mejorar la melodía.

Jon Uriarte y Tomás Ondarra

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