Para empezar no es semana. Y para terminar, no está claro el número de días. Nueve dice la administración y diez la famosa canción. La de Marijaia, me refiero. La de Kepa Junkera. Y, qué quieren que les diga, viniendo de él y de Edorta Jiménez no entraré yo en disputas. Por otro lado, no va el tema desencaminado. Porque caben, en esa semana, tantos días como tiene el año. No se explica de otra manera que concite tantas citas y eventos, como el total de gente que la visita. Una de aquí, otra de allá. Que no es esta una fiesta cerrada. El chupinazo es la invitación y sin puertas está su entrada. Dicen que es tesoro y patrimonio cultural. No me extraña. Lo primero se sabe desde siempre. Que la alegría no cotiza en bolsa, pero está de capa caída. En cuanto a considerarla patrimonio, si la intrahistoria no es cultura, que suba a explicarlo el demonio. Mientras les aconsejo que, en asuntos vacacionales, guarden para Agosto una semana. O, al menos, algún que otro día. Los justos y necesarios para que la vida un ratito les sonría.
Tomás Ondarra y Jon Uriarte
No hay comentarios:
Publicar un comentario